La literatura latinoamericana traducida al inglés para ediciones en el Reino Unido ha venido creciendo con una rapidez cada vez más notable. Por ejemplo, cuando comencé a ver qué autoras y autores de América Latina estaban traducidos aquí, encontré a los clásicos y clásicas publicados por editoriales grandes que tienen sus filiales en América Latina y en España: Gabriel García Márquez, Saramago, Bolaño, Isabel Allende, Elena Poniatowska... De las nuevas generaciones no sabía mucho hasta que me topé con Other Stories, editorial independiente que ha publicado al mexicano Yuri Herrera, Cristina Rivera Garza y a la dominicana Rita Indiana, por mencionar algunos de los que en este momento también forman parte de la escena literaria en español.
Escribe: Jael de la Luz García
Ilustra: Julia Pérez
Me cuesta trabajo leer autoras mexicanas y latinoamericanas en inglés, aunque estoy al pendiente de lo que se va publicando. Para eso las redes sociales ayudan mucho ya que me mantienen al pendiente de las novedades. Si no tengo otra opción, adquiero el libro en inglés o espero que alguien de mis amigos vaya a su tierra natal, y entonces le hago mi lista de libros por encargos. Así me llegó el libro Casas Vacías de Brenda Navarro, que ha sido todo un hit en México y España. Recientemente la edición para el público británico estuvo a cargo de la editorial inglesa Daunt Books, y la traducción al inglés por Shopie Hudges, una de las traductoras más importantes del español latinoamericano al inglés y que ha traducido a las autoras mexicanas Laia Jufresa con Umami y Fernanda Melchor, con Temporada de Huracanes.
Al tiempo que me iba integrando a la comunidad latinoamericana en Londres, supe de escritoras y escritores que escriben, publican y tienen sus proyectos literarios en español, inglés o bilingües aquí mismo. Por ejemplo, hay un grupo de poetas y narradoras que componen el Taller Hispano-Americano de Mujeres de la Memoria, hoy conocidas como Las Juanas. Su proyecto incluye performances musicales, poesía del exilio, y publicaciones tanto de libros bilingües como en fanzines. De hecho, Consuelo Rivera, chilena exiliada en Reino Unido, ha fundado la editorial Victorina Press, donde ha publicado a autoras como las mexicanas Mabel Encinas-Sánchez con un libro infantil, Adila, en el que cuenta la historia de una niña palestina que busca refugio fuera de su territorio, y también ha publicado a la mexicana Paloma Zoy con su novela Redención, historia de resistencia y resiliencia comunitaria, ubicada en el caribe centroamericano. En la auto publicación están las poetas colombianas Sonia Quintero y Patricia Cardona, por ejemplo, quienes coordinan talleres de poesía en español e inglés. O la dominicana Karlina Veras, quien, a través su colección de micro relatos y cuentos, Yun Yun (pa´la calor) nos acerca a ese Caribe que nunca deja de sorprender. Otro proyecto más convencional son los talleres de escritura narrativa El Ojo de la Cultura Hispanoamericana coordinado por el escritor argentino Enrique Zaratta, donde escritores emergentes publican en colectivo o de forma individual en diversos géneros.
Es posible ver parte de estos trabajos a través de las redes sociales de cada proyecto, sobre todo en festivales culturales que la comunidad latinoamericana realiza, o bien en la London Spanish Book & Zine Fair, Feria del Libro y del Fanzine en Español, coordinado por La Tundra Revista, quienes además organizaron recientemente un taller de escritura autobiográfica con la escritora argentina Cecilia Szperling. Ya han pasado dos ediciones de la feria, y cada vez surgen más y más escritores, así como las autopublicaciones.
Fue en la pandemia por Covid-19, donde la necesidad de ubicar mi línea de escritoras mexicanas y latinoamericanas, me llevó a tomar el curso “Nuevas Genealogías. Literatura escrita por mujeres, siglos XX y XXI” con la escritora y ensayista Olivia Teroba, organizada vía Zoom por una librería independiente en la Ciudad de México,Casa Tomada. En un mes con talleres semanales, Olivia nos puso al tanto de escritoras, narrativas, proyectos literarios y editoriales independientes que estaban publicando a una nueva generación de escritoras que siguen en la región, y otras que viven en el extranjero. Por Olivia, conocí a la escritora mexicana Sara Uribe, con Antígona González, un texto brutal sobre la violencia doméstica; releí a la argentina radicada en Francia, Ariadna Harwicz con Mátate Amor; conocí a la escritora chilena radicada en Nueva York, Arelis Uribe con Quiltras y a la uruguaya radicada en Colombia, Fernanda Trías, con La Azotea. Seguramente Olivia nos habló de muchas otras escritoras más que ya no recuerdo.
Sin embargo, recuerdo bien que Olivia no habló acerca del fuerte movimiento de escritoras, editoras y traductoras que hacen esfuerzos por rescatar y reinvindicar a las autoras que en el siglo XX no tuvieron el reconocimiento que merecían por sus escritos. De ahí que surgiera la colección Vindictas. Cuentistas latinoamericanas como una coedición entre la UNAM y la editorial española Páginas de Espuma. Un caso particular es el recate que se está haciendo de las novelas que dejó Elena Garro y que en su momento no pudo destacar porque el peso de su esposo, el Premio Nóbel de Literatura, Octavio Paz, la tuvo a su sombra. Hoy día, Garro es una de las Vindictas.
Algunas de esas escritoras eran nuevas para mi, y de otras ya se estaban hablando en este lado del charco. Silvia Rothlisberger a través de su proyecto Literary South ha reseñado, entrevistado y comentado sobre autoras como las argentinas Selva Almada, Gabriela Cabezón Cámara o Samanta Schweblin. Cuando Literary South se vinculó al proyecto FLAWA (Festival Of Latin American Artists), se creo una plataforma más amplia para que se diera un diálogo y fluir de letras. Recuerdo bien que, en su primera edición hace tres años, FLAWA vinculó autoras locales y a su vez autoras que han sido traducidas al inglés y que viven en Reino Unido, con el objetivo de mostrar la diversidad de escritoras y estilos. En su evento de apertura al Festival, Silvia Rosthlisberger entrevistó a la chilena Alía Trabuco Zerán con su libro The Remainder (And Other Stories), junto a la escritora británico-brasileña Yara Rodrigues Fowler con su libro The Stubborn Archivist.
Literary South es un proyecto que permite estar al pendiente sobre las escritoras, traductoras y editoriales que están apostando por autoras que incluso se han ganado nominaciones al International Booker Prize, el premio de literatura más importante en Reino Unido. Las mexicanas Valeria Luiselli con Desierto Sonoro fue nominada hace dos años, y el año pasado Fernanda Melchor por Temporada de Huracanes.
Algunas de esas escritoras están siendo leídas en clubes de lectura organizados por espacios hispanohablantes en los que preferimos leerlas en español y nos aferramos a ello. Algunos de sus libros nos llegan por medio de colportores. El colportor es esa figura del siglo XIX que iba de pueblo en pueblo llevando materiales impresos y periódicos para que la gente les adquiriera a pagos o en pago de una sola exhibición con un buen descuento cuando los materiales no eran novedades. Hago mención a esta figura del colportor cuando pienso en las tiendas online por donde me llegan las novedades que leo y comparto: a través de La Tundra Revista Bookshop, Romancero Books y Afroféminas. En estos lugares, o mejor dicho plataformas virtuales, puedo estar al pendiente de las ediciones que en Argentina y España se están haciendo de clásicos de la literatura y tradición del pensamiento afroamericano traducidos por editoriales como Capitán Swing, Consonni Editorial y otras más alternativas; o bien, a través de Romancero Books, conocí la reciente Tránsito Editorial que, entre sus catálogo están: Arelis Uribe, Cristina Rivera Garza, Margarita García Robayo, o Lorena Salazar Masso por ejemplo.
El contacto directo con escritoras mexicanas que he tenido a través de talleres, me ha permitido compartir lo que pasa en este lado del mundo y entablar diálogos sobre escrituras. Por Olivia Teroba, llegué a conocer la editorial que publica su obra, Paraíso Perdido, y a reencontrar autoras como Nora de la Cruz, quien compiló Bidi Bidi Bum bum, un texto bello sobre Selena y su legado. Por el curso de maternidades y escrituras que tomé en pleno encierro por Covid-19 conocí a la escritora, editora y traductora Isabel Zapata, de quien leí su ensayo Cuaderno de Aves, su poemario Una ballena es un país ( Almadía Editorial), su bella traducción que hizo del ensayo experimental de Maggie Nelson Bluets, y que, con toda gentileza, nos compartió libremente en tiempos de censura. Después, a través de Alejandra Eme Vazquez con su curso de Ensayos, no sólo leí su ensayo Su cuerpo dejarán en PDF, sino que con ella tomé el valor de validar mi escritura y los temas sobre los cuales escribo. Y así, con Olivia, Isabel, Ale y Brenda Navarro, voy y vengo entre México y el Reino Unido; entre escrituras contemporáneas de aquí y de allá, se materializan libros y comunidades de lectoras que me abrigan; entre librerías públicas y ferias de libros virtuales y físicas, las letras siguen fructificando y acercándonos más allá de los pretextos.
Jael de la Luz García
Julia Pérez
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