A todo el mundo le gusta asistir a un buen espectáculo y disfrutar de ellos. Que todo funcione como debe ser… El crédito siempre es para los artistas y, muy pocas veces, para quiénes están detrás del escenario y hacen posible la materialización del hecho artístico desde su etapa inicial hasta su finalización. Basta con quedarse a ver el final de una película y leer los miles de nombres que aparecen detrás de los protagonistas.
Belén Castres White sabe muy bien de qué se trata. La productora de compañías de la talla de Fuerza Bruta, La Fura dels Baus, el Nuevo Ballet Español o el Flamenco Festival lleva más de tres décadas de trabajo continuo.
A través de una charla con Belén descubrimos los secretos de la profesión que la llevó a trabajar con Iggy Pop, Bruce Springsteen, Tracy Chapman, Charly García, Tina Turner, INXS, Alejandro Lerner, Virus, Zas, Victoria Abril y tantos otros.
Entrevista: Silvia Demetilla
Alguien ajeno al tema se preguntará en qué consiste el trabajo de una productora de eventos.»Pues en el caso de producciones de espectáculos consiste en sentarse con el o los creadores del show y hacer realidad o plasmar sus ideas y su creación, lo más parecido a lo que tienen en su cabeza», cuenta Belén Castres White, a quien indudablemente le apasiona su trabajo. «Es como ser un arquitecto de ideas», cuenta.
Belén también reseña la diferencia entre un productor de eventos y el de festivales ya que, en el primer caso se trata de conseguir el equipo artístico y técnico, el material escénico, como la escenografía, el vestuario, la iluminación, utilería, etc, mientras que, en el segundo caso, tiene que ver con proporcionarse asistencia al artista o la compañía en cuanto a la logística y parte técnica para que el show salga perfecto. «En este caso siempre nuestra prioridad es el show y el público», indica.
La tarea de Belén oscila entre la contratación independiente al trabajo para compañías como el Flamenco Festival, Jesús Carmona o The Hole.
Como es de imaginar, la responsabilidad del productor es enorme tanto si se contrata como Production Manager como Manager de la compañía en general. «Como Manager de la compañía en gira, me hago cargo de toda la coordinación, producción técnica, visados y, sobre todo, que el equipo de gente que viaja se sienta lo más cómodo posible y arropado al estar fuera de casa», cuenta Belén, a lo que añade un concepto fundamental al indicar que siempre trata de trabajar a gusto con la gente eligiendo a las personas idóneas para cada proyecto.
A la hora de recordar cuáles fueron los mayores desafíos de la carrera internacional de esta talentosa profesional española surgen los nombres de Tina Turner en su concierto internacional o los conciertos de Amnesty Internacional del año 1988 en Mendoza y Buenos Aires, de la mano de Tracy Chapman, Bruce Springsteen, Peter Gabriel, Youssou N´Dour y Sting.
«Trabajar para una causa tan noble como Amnesty Internacional, y en un momento histórico dentro de la política en Latinoamérica, fue una de las mejores experiencias de mi vida. Uno de los conciertos se hizo en Mendoza para presionar al gobierno de Pinochet y para poder estar lo más cerca de Chile, uno de esos momentos que nunca olvidaré… También recuerdo con mucho cariño la gira con la Fura Dels Baus por Europa y América Latina; la producción para el canal PBS- USA del show Fury del Nuevo Ballet Español; la visita oficial de la Presidenta de la India a Madrid ; la producción de las ceremonias de apertura y clausura de los Mundiales de Natación de Barcelona 13, la Gira de FB en China… ¡Son tantos!», exclama y luego añade: «Creo que tanto en producciones grandes o pequeñas todas son desafíos. ¡A veces un showcase te puede dar más dolores de cabeza que un concierto en un estadio!».
A pesar del esfuerzo y de las grandes responsabilidades, estar del otro lado del escenario tiene también grandes satisfacciones, y para Belén una de las más especiales fue el hecho de haber podido conocer y trabajar con Paco de Lucía.
«Con Paco de Lucía sí que había química y te llevabas bien con él, todo iba rodado. Era un artista enorme y muy cercano a la vez que te hacia sentir cómoda y respetada. Lo mismo con sus fans, tanto en los Estados Unidos como en Canadá, fue una experiencia maravillosa que guardo como un momento álgido en mi carrera».
«Creo que hacer lo que amo y disfrutar de ello, es la mayor satisfacción profesional que puedo tener. Además, que los artistas con los cuales he trabajado hayan recibido premios muy importantes en el momento de estar trabajando con ellos te hace sentir muy bien».
Londres es una ciudad con una gran oferta cultural y una agenda de eventos para todo los gustos.
Pero ¿hasta qué punto Londres es ‘la ciudad’ para desarrollar y llevar a cabo eventos para alguien que recién está comenzando?
Belén opina que Londres es maravillosa pero también encuentra algunas falencias. «Creo que debería potenciar un poco más las ofertas o los festivales de jazz. Como amante de ese género musical me cuesta, muchas veces, ver algo interesante. Pienso que no estaría mal llevar parte de los eventos grandes a otras ciudades como Bristol, Manchester o Birmingham. Con Londres pasa, como en toda gran ciudad, que con tanta oferta y diversidad se pierden muchas cosas interesantes o incluso pasan desapercibidas. A mi me encantaría hacer el Flamenco Festival en otras ciudades también o poder llevarlo en verano a otras ciudades».
En la década del ochenta la Radio Rock and Pop de Argentina convocó a Belén para organizar una serie de conciertos en Argentina donde ella aprendió muchas de las herramientas que utilizaría a lo largo de su carrera.
«Pues yo trabajaba para La Corporación, una productora de artistas locales de Buenos Aires, donde llevábamos a Alejandro Lerner, Ruben Rada, Virus, Miguel Mateos Zas, Claudia Puyó…y después de unos años lo dejé para irme a trabajar con Cipe Lincovsky porque estaba cansada del rock and roll, pero duró poco porque a los pocos meses me llamaron para trabajar con Charly Garcia. Luego Daniel Grinbank me ofreció integrarme en la Rock and Pop para empezar con los shows de Sting y Tina Turner. Éramos muy jóvenes —entre 20 y 24 años—, con muchísima responsabilidad. A veces lo pienso y me parece una inconsciencia, aunque ya venia aprendida», aclara «pero, de todos modos, aprendí muchísimo y de muy buenas manos. Impresiona hacer memoria y ver que éramos unos chavalines manejando producciones de shows de estadios con noventa mil personas. De aquella época tengo un especial cariño por conciertos con Iggy Pop, Brandford Marsallis, los INXS y Tina Turner».
También puede ocurrir que un productor apuesta a un artista cuando otros no lo hagan. Y ése es el caso de Jesús Carmona, por ejemplo. «Aposté por él desde que estaba en el Ballet Nacional de España como primer bailarín y no me equivoqué. Es un talento y es muy fácil trabajar con él porque escucha lo que se le dice».
Lo importante es trabajar de forma relajada con los artistas y encontrar un equilibrio que haga fluir la relación productor y artista. «Con Marina Heredia siempre fue muy ameno trabajar, por ejemplo, porque ella te cuenta la idea del show dándote mucha libertad para que desarrolles lo que quieras, yo la adoro. Chevi Muraday es otro artista con el que siempre trabajé a gusto, desde la confianza y la experimentación».
Es lógico que, como en toda escena laboral pueden surgir diferencias. A veces el conflicto tiene un nombre que comienza con la palabra diva o divo.
Para Belén existen tres tipos de divismo: «Primero el creado ficticiamente por el manager o la agencia de marketing, o sea que, el artista no pide excentricidades que sí exige su entorno, o sea un divismo inventado. En segundo lugar aquellos que nacen así y no pueden superarlo. Por lo menos, los que yo he conocido», relata Belén, «tenían talento real natural. Eso no quita que algunos fueran unos auténticos seres caprichosos e insoportables. Y en tercer lugar están los divos o divas de pacotilla que son los que no tienen ningún talento artístico. Ellos creen que lo tienen y su entorno es completamente corrosivo, estos en general suelen dar mucha pena, sobre todo en sus periodos de decadencia».
Las demandas de los artistas parecieran ser imposibles de cumplir, pero Belén piensa que no es difícil satisfacerlos. «Los músicos, para mí, son más fáciles que los bailarines o los actores. Creo que cuando se es manager se tiene la responsabilidad de no endiosar o distorsionar el entorno del artista, lo cual es muy importante para que no se confundan».
Si hablamos de divas, entonces surge el nombre de Victoria Abril. «Ella es una diva de las buenas, me encanta su estilo y fue muy cercana y muy directa siempre. Me gustó mucho la experiencia de haber trabajado con ella.
Por otra parte el respeto hacia el artista se gana no sólo arriba del escenario sino antes de salir al mismo, y con respecto a esto Belén es contundente. «A veces me parece que lo que me hace distinguir a un artista es verlo antes de los shows, si practica o calienta su voz, si se pone nervioso, no importa los años que lleve de profesión y necesita concentrarse antes de salir al escenario. En esos casos les suelo tener ya más respeto antes de ver el resultado. Son cosas que observamos los que estamos del otro lado, supongo, ya que el público ni se entera de lo que sucede ni arriba ni detrás ni debajo del escenario la mayoría de las veces. Si observas te das cuenta que alguien está bailando bien o no, cuándo alguien toca a gusto y lo está dando todo, cuándo está haciéndolo de manera automática. Me gusta esa parte del stage, somos una especie de cómplices de lo que está sucediendo, hay una intimidad muy interesante en esos momentos».
Los viajes son parte inseparable del trabajo de Belén Castres White. Su tarea la ha llevado a sitios remotos que tal vez nunca hubiera pisado de no ser por su profesión, como la Isla de la Reunión en África, Australia o Japón. «Creo que podría hacer una guía de viajes de teatros del mundo con todo lo que he viajado no sólo por trabajo sino por placer también, porque es un hábito y mi mayor hobby».
Hoy Belén reparte sus días entre España (Madrid, Granada y Barcelona) y los Estados Unidos. «A partir del 2013 la situación política y económica se tornó insostenible para mI, ya que, como sabemos no hay apoyo a la cultura y ser autónomo en España es un sacrificio muy grande y muy injusto por las tasas que nos hacen pagar, razón por la cual me fui a trabajar a Corea, a los Estados Unidos y a China durante estos últimos años»
Como todo trabajo Belén cree que a aquellos que deseen dedicarse a una actividad como esta les tiene que gustar principalmente. «Te tiene que gustar mucho. Sobre todo porque a pesar de que estamos todo el tiempo con gente es una profesión muy solitaria», concluye.
* Silvia Demetilla. Editora y Directora Creativa de La Tundra Revista. Colecciona discos, ama la música y compone canciones en @alasVALS