Es halagador esperar a Rico Rodríguez, “la leyenda del reggae y del ska”, en la estación de South Kensington un helado primero de febrero por la mañana. Me preguntaba cómo iría a reconocerlo, si llegaría en taxi, solo o acompañado. A la estación se cuelan cientos de personajes, mezcla de realidad y fantasía, algunos hiperproducidos absurdamente, casi salidos de libros de cuentos.

Tan sólo unos instantes más tarde no hay dudas, allí está Rico Rodríguez junto a su hijo, gentiles y a pie. Rico me invitó entonces a su casa. Lo seguí, a las corridas, mientras él mismo hacía detener a los autos para poder cruzar en diagonal o antes de llegar a los semáforos. Desde una camioneta blanca, que segundos antes había hecho detener para poder cruzar en plena avenida, ocasionales admiradores le gritan  ¡Rico! y lo saludan sonrientes..

Edición impresa

Entrevista y fotos: Silvia Demetilla
Archivo: Febrero 2012

En una charla casual, mientras seguíamos corriendo y esquivando autos, Rico reflexionó sobre el mundo en el que vive dándome un preciso panorama de lo que sería la conversación que tendríamos minutos más tarde. “El hombre blanco no es diferente, todos somos humanos, pero el hombre blanco lo hace diferente por las reglas que crea para el resto del mundo”.

Un cuadro de Fidel Castro da la bienvenida a la sala de estar donde todo es rojo y bordó entre fotos antiguas y familiares  —su padre era cubano y su madre profesora de español —. Cerca de la ventana otro retrato, ahora es el emperador de Etiopía Haile Selasi I quien creara el movimiento Rasta, y al cual Rico pertenece. Recostado sobre un Chesterfield de cuero es imposible escapar a la magia de su trombón.

La Tundra —¿Cómo sobrevivió todos estos años en Inglaterra?
R. R. —Sufriendo, sufriendo, sufriendo… Sufriendo mucho desde que llegué de Jamaica, tuve que hacer muchos trabajos sucios antes de ser reconocido como músico.

La Tundra  —¿Qué clase de trabajo sucios?
R. R. —Fábricas, gas, trabajos para poder liberarnos. No nos daban trabajo así que tuvimos que hacer todo por nuestros propios medios. Me llevó mucho tiempo lograr ser reconocido hasta que en el año ’76 grabé para Island Records con Chris Blackwell.

L. T. —Y desde allí nunca se detuvo…
R. R. —Desde allí pude vivir de la música y no tuve que volver a hacer otro tipo de trabajo.

L. T. —Rico Rodríguez nació en La Havana (Cuba) en el año 1934 pero vivió en Jamaica desde pequeño. Su desarrollo musical y personal se lo agradece a Wareika Hills, un campamento rasta donde se reunieron los mejores músicos de su generación.
R. R. —En Jamaica tenemos nuestros propios principios, no son los principios del hombre blanco porque son despectivos. No hay hombre más débil que el hombre inglés y el americano, también el francés, mientras que China e India son la fuerza del mundo. El inglés y el americano son cómicos y al rasta no le gustan. Cuando los jamaiquinos vinimos a Inglaterra fuimos forzados a la supremacía. ¿Por qué supremacía? Nosotros no negociamos con la supremacía blanca. La igualdad es una mentira, el rasta es una fuerza en el mundo. En mi juventud el hombre inglés era policía en Jamaica…- cuenta Rico apasionadamente – Me llevo muy bien con los músicos ingleses porque son otro tipo de persona, no son policías o guardias en las cárceles. Los músicos somos personas especiales, no negociamos con la política, nosotros perseguimos el conocimiento porque para ser un buen músico hay que estudiar mucho.

L. T. —¿Cuántos rastas hay en el mundo en la actualidad?
R. R. —
Todos los días se suman nuevos miembros. Mientras que nosotros creemos en la teocracia ellos negocian con los políticos. Somos diferentes, no pueden controlarnos y hacernos pensar como ellos.

L. T. —Rico usted dijo que sólo los jamaiquinos pueden hacer reggae…
R. R. —Es cierto, porque hay que vivir la vida, hay que sentir la vida. Los jamaiquinos hacen reggae en todo su esplendor.

L. T. —Pero en estos días el reggae se extendió a todos los rincones del mundo y no son sólo de Jamaica…
R. R. —
Estoy gratamente sorprendido. Estuve en China, en Japón, en Rusia, en muchos lugares del mundo y están tocando reggae. Nosotros lo concebimos, ahora el resto del mundo lo toca y lo ama. Cuando estuve en Japón no podía creer lo bien que tocaban. Los japoneses son gente avanzada, y les gusta mucho el reggae. Tengo muchos seguidores en Japón.

L. T. —¿Y cuales son sus preferidos dentro del reggae?
R. R. —The Gaylords, The Abyssinians, ambos de Jamaica.
En Kingston (Jamaica), Rico estudió en la escuela católica The Alpha Boys que era dirigida por monjas. La escuela tenía una fuerte orientación musical y los alumnos de grados superiores les enseñaban a los más jóvenes. Precisamente allí fue donde se conocieron Rico y  quien fuera su gran amigo Don Drummond, uno de los mejores trombonistas de la historia-. Ambos formaron parte de The Skatalites, la primera banda de ska de Jamaica.

L. T. —¿Qué recuerdos conserva de su gran amigo Don Drummond?
R. R. —Don Drummond fue mi tutor. Una vez le dije que él era el mejor trombonista del mundo, a lo que me respondió- ¡No! El mejor trombonista del mundo es Frank Rosolino unItalo americano aclara.  Así que lo busqué y se lo dije, y Rosolino me dijo que yo era muy bueno. En esos tiempos no le creí, pensé que sólo lo hacía por cortesía. A medida que pasaron los años me di cuenta que esos comentarios eran alentadores y me permitieron seguir adelante. Don y yo vivíamos a tan sólo dos cuadras de distancia. Yo tocaba su trombón, aunque él no se lo prestaba a nadie. Sólo yo pude conseguir que me lo prestara ocasionalmente, y cuando vine a Inglaterra me pude comprar un buen instrumento. Mantuve la supremacía del trombón gracias a Don.


Don Drummond murió en la cárcel en Jamaica a los 37 años de edad.

The SPECIALS

En el año 1979, The Specials, una banda nacida en Coventry en 1977 de la mano de Jerry Dammers, invitó a Rico Rodríguez a grabar una version de “Rudy, a message to you” de Dandy Livingstone. El éxito fue tal que se quedó tocando con ellos durante dos años. The Specials logró establecer el ska y el reggae dentro del mercado británico y europeo. Sus letras hablaban de temas controvertidos y taboo para la época al ritmo del ska y rocksteady aderezado con energía punk, mientras que se involucraban política y socialmente. Singles como “A message to you, Rudy”- alteraron el orden de las palabras del tema original, “Ghost Town” (1981) y “Gangsters”, entre otros, dieron origen a un género conocido como Two Tone.

The Specials fue algo así como un movimiento de mi amigo Jerry Dammers. Desde que me vio en Jools Holland Band no dejó de invitarme para volver a tocar con ellos, y en mayo haré algo con The Specials. Tocamos juntos durante dos años, viajamos a América, Europa, Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte… Después el sello no me renovó el contrato, no pude entenderlo… y me volví a Jamaica por nueve años, para regresar a Europa en 1991, cuenta Rico . Cuando regresé a Inglaterra el campo del ska estaba dominado por nuevas bandas del tamaño de Madness, Jazz Jamaica y otras”.

L. T. —¿Y qué le parece Madness?
R. R. —Son buena gente, como todos, me llevo muy bien con la mayoría.

L. T. —¿Por qué los músicos nunca dejan de aprender?
R. R. —Cuando los políticos se llenan lo suficiente sus bolsillos se retiran, en cambio para los músicos es una tarea de toda la vida, seguimos adelante, sólo la muerte nos detiene…Somos una raza diferente.

L. T. —Entonces no es posible retirarse de la música…
R. R. —Soy una persona de mucha suerte. Cuando era joven me dijeron muchas falacias, yo no tocaba tan bien, pero eso me sirvió como incentivo para seguir tocando. Nunca podría retirarme de la música. La música es algo que se estudia y de la que se aprende todos los días. Si quieres tocar reggae tienes que estudiar música africana, asiática, latina… Hay tanto por aprender que no hay tiempo para detenerse.

L. T. —¿Cómo es la música de Jamaica hoy en día?
R. R. —Muy buena, hay muchos instrumentalistas, cantantes y buenos Dj’s, hay un desarrollo muy grande. Somos más y mejores músicos ahora que antes.

L. T. —¿Cuál es el legado que le gustaría dejar?
R. R. —Tengo cuatro hijos y les deseo lo mejor a todos ellos. Inglaterra es un lugar muy difícil para los jóvenes. Un día un primer ministro dijo que la manera de tratar a los jóvenes es con mano dura. Ahora está muerto. El hombre blanco piensa que con sus palabras puede cambiar el mundo, pero no es así. Es una mezcla de mentiras y verdades…

L. T. —¿Qué le parece cuando la gente dice que Rico Rodríguez es una leyenda del reggae y del ska?
R. R. —Me produce mucho orgullo que me digan que soy una leyenda… Hacer música es algo bueno. Muchos músicos se enferman y dejan de tocar. Soy fuerte y puedo continuar. Me gusta que me reconozcan, le di toda mi vida a la música, a mis fans y ellos me dan su apoyo. Sin ese soporte no es posible continuar. Le agradezco a Dios por todo esto y bendigo a la gente por haberme permitido establecerme como músico. Cuando recibo mensajes de Polonia, de República Checa, de la ex Yugoslavia, Rusia… y veo que mi nombre recorre el mundo me siento muy feliz.

(c) La Tundra Revista