¿Por qué Glastonbury es el único festival del mundo que, en pocas horas y meses antes de anunciar su grilla, agota más de doscientas mil entradas?

Los festivales del verano boreal, más precisamente de Europa, son muy nombrados, aparecen en las noticias y concurren cientos de miles de fanáticos de la música. En las grillas suele haber grandes artistas internacionales reunidos en pocos días y, por supuesto, que las opciones de artistas son lo más importante a la hora de vender entradas. Con la excepción de Glastonbury, que agota sus más de doscientos mil tickets en un par de horas, meses antes de revelar sus headliners

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Palabras y fotos Luciana Cacciatore

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Albergado en la zona de Somerset, al suroeste de Inglaterra, no es otro festival convencional centrado en la música. “Este festival es el lugar más especial de la Tierra”, decía Chris Martin al finalizar el show de Coldplay en el cierre de la edición 2016. Pero entonces, ¿por qué Glastonbury es una experiencia, más que un festival?

Comencemos con su inmensidad. El festival se sitúa en Pilton, en la granja Worthy, que funciona como tal durante todo el año, abarcando más de 485 hectáreas, o sea casi 5 km2. Estas dimensiones se aproximan más a un pueblo, que a un predio de festival. 

Por supuesto que tan vasto espacio necesita ser cubierto y, he aquí uno de los motivos que hacen que Glastonbury sea único: sus cientos de espacios temáticos. Así como lo indica su título, Glastonbury es el festival de artes escénicas contemporáneas ya que, además de grandes escenarios donde se presentan los artistas de mayor renombre, hay sectores dedicados a otras artes y cientos de actividades. 

Teatro y circo, es el corazón y el alma del festival donde suceden las cosas más extravagantes con presentaciones de comedia, magia, música, poesía, teatro innovador, cabaret, show de títeres, comediantes del Reino Unido y el mundo, y hasta un cine proyectando películas aptas para todo público.

The Green Fields (los campos verdes) es un lugar para la reflexión, celebración, amor, resistencia y protesta. Es el costado más espiritual de Glastonbury, donde se conserva el espíritu de sus inicios en 1970. Dentro de estos campos se encuentra The Healing Field (el campo curativo), un lugar exclusivo para relajación donde se pueden recibir masajes, practicar meditaciones en grupo, clases de yoga, tai-chi y danza. Otras actividades que se pueden realizar en este sector son clases de artesanías, astrología, percusión africana y un variopinto de opciones para los niños. Conectar con la naturaleza y el solsticio es un clásico del Stone Circle (el círculo de las piedras), un espacio sagrado donde de noche comienzan las ceremonias alrededor de la fogata. 

Cuando los shows de música en los más de diez escenarios principales culminan, comienza la vida nocturna de Glastonbury en el sureste de la granja, el lugar más popular y dividido en cinco sectores:

Arcadia: cincuenta toneladas pesa la estructura con forma de araña que alberga DJs, lanza llamaradas de fuego de su cabeza y dispara rayos láser desde sus inmensos ojos y patas, todo alimentado por energía renovable, aprovechando el aceite de cocina usado y los bio combustibles reciclados.

Shangri-La es un festival en sí mismo, un área radical, arraigada en el arte marginal y la cultura underground. El rincón más alejado del festival ofrece dos escenarios, dos salas y una decena de instalaciones de arte al aire libre, un espacio interdisciplinario donde el espíritu anárquico inspira originalidad, revolución cultural y amplifica la conciencia colectiva.

Block 9 reúne The NYC Downlow, un club ubicado dentro de una réplica de plató de tamaño real recreando depósitos de la ciudad de Nueva York en los años 80, y IICON, un escenario que toma la forma de una cabeza colosal donde se presentan artistas de la vanguardia de la música electrónica. 

Unfairground, el campo del arte y la música subversiva. Esta zona distorsionada e inmersiva es una fusión de diversiones extrañas, espectáculos paralelos y locales de baile nocturno en medio de un campo de arte callejero y esculturas.

The Common, un anfiteatro inspirado en civilizaciones antiguas y ceremonias tribales donde la música, el misticismo y la unidad se unen junto al espíritu de la rave.

Otros espacios incluyen:

Glasto Latino, donde durante el día se puede aprender a bailar tango, salsa y reggaeton y a la noche escuchar artistas celebrando la música y la fiesta latina.

The Kidzfield, dedicado exclusivamente a entretener a niños hasta 12 años, difundiendo valores honestos y proporcionando un lugar seguro para jugar y explorar.

En Leftfield conviven la política, protestas, activismo y debates en el lado más punk de Glastonbury que todos los años cuenta con la presencia del músico y activista Billy Bragg.

Como si todo lo anterior fuera poco, Glastonbury también cuenta con un diario propio, el Glastonbury Free Press, impreso en la misma granja y de circulación durante los días del festival.

Las presentaciones sorpresa son otro elemento de distinción. Por ejemplo, para cualquier festival la banda Foo Fighters sería el show principal de su grilla, pero en Glastonbury este año fueron uno de los recitales que suelen aparecer ‘a confirmar’. El mismísimo Dave Grohl, líder del grupo, llamó a los creadores del festival para manifestarles su deseo de tocar otra vez en la granja. Los músicos no se presentan en Glastonbury para llevarse un gran cheque a casa, muy por el contrario, los honorarios son más bajos que en otros festivales. La motivación es el prestigio y las ansias de presentarse allí.

Glastonbury es un oasis de cinco días al año donde no hay preocupaciones y las decisiones se basan en cuál artista ver a continuación, a qué sector ir por la noche o qué tipo de comida elegir para el almuerzo dentro de los miles de puestos de comida de todo el mundo y bares. La falta de comodidad del hogar, dormir en carpa y sin duchas, son parte de esta experiencia única en donde no falta el sentido de comunidad y la intención de cada concurrente de, simplemente, pasar uno de los mejores momentos de su vida.

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Glastonbury y el medio ambiente

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Love the Farm, leave no trace (ama la granja, no dejes rastro) es el pedido de los creadores y organizadores de Glastonbury, padre e hija Michael y Emily Eavis desde los inicios del festival. El compromiso con el medio ambiente no es nuevo en Glastonbury. “Como festival, hemos estado explorando nuevas ideas sobre cómo reducir nuestro costo en la tierra desde que tengo uso de razón. Siempre hemos tratado de adoptar un enfoque ecológicamente reflexivo en la forma en que hacemos las cosas, que siempre esperamos que inspire a las personas”, manifiesta Michael Eavis.

La escala del festival es tan amplia que es fácil olvidar que, durante el resto del año, esta tierra es el hogar de vacas itinerantes y una próspera vida silvestre local. Para que Glastonbury sea sostenible, todos deben reducir el impacto que tiene en el medio ambiente. Tanto el público como la organización, desde la logística hasta el montaje del mismo.

Este año se sumó el lema: REUSE. REDUCE. RESPECT (reutiliza, reduce y respeta). En una posición contra la contaminación innecesaria y las contribuciones evitables al cambio climático, Glastonbury prohibió la venta de botellas de plástico de un solo uso en el predio. Aunque no está prohibido llevar este tipo de botellas, no lo aconsejan.

Organizaciones benéficas, si. Marcas, no. A diferencia del resto, Glastonbury no está costeado por marcas, sino por el contrario, apoya a tres organizaciones benéficas;

Oxfam, confederación británica de 21 Charities independientes con el objetivo de erradicar la pobreza mundial.

Water-Aid, organización sin fines de lucro que provee agua potable, baños decentes y buena higiene.

Greenpeace, dedicado a concientizar sobre el cambio climático, la deforestación, la sobrepesca, la caza comercial de ballenas, la ingeniería genética y los problemas antinucleares.

Durante el festival, estas tres organizaciones brindan una variedad de actividades, desde administración hasta limpieza de baños y recolección de basura.

Glastonbury no solo brinda una plataforma para crear conciencia y amplificar las campañas de estas organizaciones durante todo el año, sino que también le dona más de 2 millones de libras esterlinas al año a estas tres organizaciones así como a otras causas benéficas locales.

Luciana Cacciatore

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