Una chica llamada Inés.
En mi mente se llama Greta, la que también salva el mundo pero no da discursos (todavía).
Para ella, yo soy ADMC, corto por Argentina de mi corazón.
Encontré un solo lugar en Cartagena de Indias donde brindar clases de yoga. Había que hacerlo temprano por el calor agobiante o bien cuando caía el sol, pero ahí venían los mosquitos y te quitaban lo zen de cuajo.
Escribe: Soledad Galván
Inés estuvo en la primera clase pero creo que fue en la segunda que, al finalizar, saltó al agua y me invitó a unirme a ella. Me sentí intimidada. Me da vergüenza la gente tan piola. No puedo recordar si me metí o no. Sé, con seguridad, que un tiempo después, cuando el mar se llevó mis gafas de sol nuevas me dijo: nunca le des la espalda al mar. Ese día aprendí algo súper útil.
Una tarde, en un isla perdida y después de una situación que prefiero olvidar, me sentó frente a ella y sin anestesia, me preguntó: ¿Porqué te dejas tratar de esa manera?
Inés Cosulich se enamoró de Huracán en Colombia. Es su perro. Huracán no es cualquier perro. No, no. Huracán anduvo de país en país, de continente en continente. Nadando, jugando, corriendo. Inés jamás dejó a su perro a su suerte porque debía mudarse, siempre hizo hasta lo imposible para poder llevarlo consigo.
Ella está siempre sonriendo. Tiene una tonada italiana en su español que mezcla con un poco de inglés bastante seguido. Se hace entender a risotadas.
Y tuvo una idea: cooperar, con sus brazos, su familia y su amor, con quienes inició un camino y proyecto para, justamente, dejar de dar la espalda. Dejar de maltratar nuestra Pacha.
A principios de 2018 creó Wild Life Republic en Ecuador como un proyecto de fines de semana porque las ideas eran muchas pero, el tiempo y el dinero muy poco. El objetivo era fomentar que la gente respetara los ecosistemas marinos y terrestres que rodeaban el país.
Agnese (su nombre no adaptado al español) cree que la Pachamama es nuestra madre y que estaremos conectados a ella aún cuando ya no estemos vivos. Entiende que nuestros egos y nuestras ganas de estar cómodos sin tener que luchar o hacer mínimos esfuerzos cotidianos, nos están conduciendo a una vida triste y cara, donde no sólo contaminamos la Tierra sino también, la cabeza. Estamos todo el día pendientes de las redes sin saber si afuera llueve o hay sol. Es una competencia para ver quién es más feliz (o pareciera serlo), más bello o más chévere —esta palabra sin dudas se la trajo a Italia desde Colombia— y nadie se para a pensar por un segundo que, incluso nuestras fiestas pesan; los vasos de plástico que usaste ayer para emborracharte van a tardar entre 450 y 1000 años en desintegrarse y convertirse en micro-plásticos. Estos no se van. Van a pasear por tus pulmones y por unas cuantas barrigas marinas. Asusta ¿No?
La idea principal de Wild Life Republic es informar, a cada uno de nosotros, al mundo. Hacerle entender a las personas que los hábitos deben cambiar de manera urgente. Si seguimos como venimos, opinan algunos, que en menos de cincuenta años el mundo, tal y como lo conocemos, dejará de existir. Salir de la zona de comfort no es solamente ir a hacer una experiencia al extranjero o cambiar de trabajo; es alimentarnos mejor, usar menos plástico y reducir la contaminación en todas sus formas, lo más se pueda. La gente debe saber cuál es el impacto de sus decisiones y de sus compras en los ecosistemas. Hoy. Ya.
¿Cómo se puede colaborar con el Proyecto?
Pues hay varias opciones: Visitar y compartir la página. Colaborar con artículos profesionales para publicar. Enviar dudas, comentarios o sugerencias como consumidores. Desparramar consejos para que TODOS podamos hacer algo HOY. Wild Life Republic
Inés, que significa la más pura.
Huracán, que va por todos lados.
Yo, que ya no uso pitillos de plástico y dejé de fumar.
Vos, que podés ayudar.
Soledad Galván Viajera y hormiga. Profesora de yoga.
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