Ahora que la palabra solidaridad se ha puesto de moda, espero que vayamos aún más lejos y se vuelva pandémica contagiándonos de un espíritu solidario, ya no desde el miedo y el juicio a la otra/al otro, sino para reaccionar y accionar como humanidad frenando la vorágine en la que vivimos que, por otra parte, se está cargando el planeta.
Escribe: Silvina Soria
Ilustración: Mitucami
Foto: Silvia Demetilla
Solidaridad no es sólo ponerse una vacuna. Solidaridad es TAMBIÉN empezar a pensar en el planeta que habitamos como en un único hogar en el que todos convivimos y en cómo cuidarlo. Tan simple como suena y tan difícil de asumir…
Solidaridad es tomar conciencia de nuestro consumo diario general: de lo que comemos y de las repercusiones de dichas elecciones, empezar a preguntarnos de dónde provienen nuestros alimentos, cuántos animales sacrificamos, en qué condiciones se crían y se matan/pescan.
Solidaridad es disminuir los residuos que producimos, cuidar los recursos naturales, sí, y el agua también que no sé por qué se nos olvida. Agua que algunos tenemos con sólo abrir una canilla o comprar una botella… de plástico, por cierto, mientras que otros tienen que andar kilómetros para conseguirla.
Solidaridad con la humanidad es tener conciencia de la huella de carbono que estamos generando con nuestras elecciones cotidianas y, en apariencia, insignificantes.
Parece que nos gusta, a las/os humanas/os, regodearnos de la paja en el ojo ajeno y criticar como si eso dejase mejor parada a quien lo hace, pero, la verdad es que nadie conoce la lucha con la que está lidiando nuestra/o vecina/o. Sería muy interesante desarrollar también la empatía y la compasión. Creo que es un mix bastante completo que le vendría muy bien a la humanidad y al planeta que nos alberga porque, en tanto sigamos actuando sin conciencia de las consecuencias y sin asumir las responsabilidades que nos atañen a cada una/o de nosotras/os, mientras sigamos abusando y agotando los recursos naturales y alterando los ecosistemas, es muy probable que vengan otras pandemias.
Últimamente he escuchado a algunas personas decir que pueden hacer modificaciones en su propia vida pero que, si los grandes monstruos, desquiciadamente ambiciosos, siguen arrasando la naturaleza, no hay mucho que hacer. Lo veo como un planteo un poco tramposo ya que corremos el riesgo de dar todo por perdido y una vez más, dejar todo en manos de unos pocos, desligándonos de toda responsabilidad. Yo prefiero creer que sí, que hay mucho que podemos hacer, y que cuenta cada pequeña elección aunque quizás nos sintamos un poco como Don Quijote pero cada granito de arena ayuda, e irnos a dormir cada noche con la conciencia tranquila de que estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para cambiar el rumbo de las cosas no tiene precio. Sin prepotencias, todo lo contrario, desde el amor total por la vida.
En cuanto a la vacuna… puede ser perfecta para paliar la crisis una vez que ha surgido, a corto plazo, pero podríamos, además, pensar en cómo intentar prevenir nuevas y futuras crisis. No se trata de una opción u otra, opino que se pueden hacer las dos cosas a la vez, si queremos, sin dejar de prevenir a largo plazo, aunque no tan largo porque el tiempo apremia.
En momentos en que le damos particular importancia a las investigaciones científicas y se han popularizado como tema de conversación, podríamos escuchar a todos los científicos por igual porque pandemia y cambio climático van de la mano, porque alterar los ecosistemas no es sin consecuencias.
El último informe de la IPCC (Comité Intergubernamental sobre Cambio Climático) denuncia que ya han ocurrido cambios que son irreversibles y que debemos modificar hábitos de manera urgente. En agosto de 2021, nos han dicho que el pronóstico es un código rojo para la humanidad. Esto es realmente serio, pero parece que no nos hacemos cargo. ¿O no queremos creerlo? Puede que sea una tarea titánica, pero basta con empezar con pequeños actos y ser ejemplo activo del cambio que queremos dejando de esperar todo de afuera.
Silvina Soria
Mitucami
Silvia Demetilla
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