La Compañía Sara Baras presentó Sombras, un espectáculo mágico en el Flamenco Festival London en Sadler's Wells.

El Flamenco Festival London edición 2019 arrancaba el pasado 2 de julio con un plato fuerte, el espectáculo que el Ballet Flamenco Sara Baras escogió para conmemorar su vigésimo aniversario: Sombras. La Tundra tuvo el placer de asistir a él ayer por la noche.

Review: Concep Díaz Pérez
Foto: Juliette Valtiendas

Sombras, el espectáculo de una hora y cuarenta y cinco minutos de duración de la Compañía de Sara Baras, éxito absoluto desde su estreno, se sirve del palo más representativo de este cuerpo de baile —la farruca—, para guiarnos por este viaje de sombras explicados en trece coreografías.

En ellas los artistas entretienen a su público con las actuaciones del flamenco más tradicional —alegrías, zapateados, serrana, batas de cola y mantones de manila—,  y el más innovador, ese que une y utiliza la fuerza oculta en las sombras para ir un paso más allá. 

Un ejemplo de ello se encuentra en el segundo número: Farruca. En el escenario un pintor y su lienzo en blanco —Andrés Mérida, artista que adorna con sus obras parte del escenario—, un músico con su guitarra —Keko Baldomero, director musical del espectáculo y compositor—, y una bailaora: la gran Sara Baras. Los tres unen su arte mientras que el artista dibuja en directo a la par que Sara baila al son de la guitarra de Keko. El resultado es casi mágico.

Esa magia viene en parte de la mano del trabajo de iluminación impresionante de Oscar Gómez de los Reyes y su equipo, un poco a través de las palabras hechas poemas que podemos escuchar (en castellano) en las voces en off de Sara Baras y Santana de Yepes, otro poco a través del vestuario de Luis F. Dos Santos, y, en parte, gracias a los músicos que dan vida a los diversos instrumentos musicales: la clásica e insustituible guitarra española, las palmas, la caja, la armónica, una flauta travesera y el saxofón.

En otra de las coreografías, Sara baila en el escenario al son de la música improvisada de tres músicos. Ellos sentados, cada uno con un instrumento distinto, van tocando a turnos para establecer una suerte de lenguaje entre las melodías y el son del baile de los zapatos de Sara sobre las tablas del escenario. Esa conversación se da en varios momentos, sin poder pasar por alto el saxo de Diego Villegas. Simplemente impresionante.

Sara Baras llena el escenario, habla con su arte y deleita con su fuerza y su farruca. Sara no lo hace sola, lo hace acompañada de otros seis bailaores (cuatro mujeres y dos hombres), cinco músicos y dos cantaores. Al equipo sobre el escenario lo acompañó en esta ocasión el público del Sadler’s Wells con sus aplausos y las ovaciones (en tres ocasiones casi el noventa por ciento de los espectadores se pusieron de pie para aplaudir).


*Concep Díaz Pérez 
(Catalunya/España) Crítica de cine. Conduce el programa 4 Reviews y 1 Funeral en el Reino Unido pero con referencias al cine de España. Escribe para La Tundra edición impresa.