Margarita del Mazo, escritora y narradora de cuentos, es un referente muy importante de la literatura infantil en España. Nacida en Toledo y residente en Madrid se licenció en  Derecho, pero el nacimiento de sus hijos desencadenó un giro inesperado en su vida.

Entrevista: Juani Velilla

Margarita comenzó a narrar cuentos en el colegio de sus hijos y su experiencia fue tan satisfactoria que inició una nueva aventura. Desde entonces se ha convertido en una excelente escritora y narradora de cuentos, capaz de captar la atención de los más pequeños y de hacerles disfrutar con la magia de la palabra. Su vida gira alrededor del cuento: “disfruto de mi trabajo y vivo del cuento.”

«El cuenta cuentos es un profesional», como ella misma lo dice, mientras dedica tiempo a sacar lo mejor de cada historia, a contarla de la forma que más cautive a los niños, a prepararla con cariño y con un tiempo concreto… Y es que el público infantil es muy exigente, cuando algo no le gusta deja de prestar atención. La autora publicó su primer cuento, Mosquito, en 2009. Sus cuentos recorren los cinco continentes, muchos de ellos están traducidos en distintas lenguas, incluyendo el coreano, como La luz de Lucía, Camuñas o El rebaño.  En lengua inglesa podemos encontrar La máscara del León, Mosquito y La luz de Lucía.

Sus obras han sido merecedoras de prestigiosos premios como, entre muchos otros, La luz de Lucía que en su versión inglesa, Lucy´s Light, ganó el Primer Premio en los International Book Awards de Los Ángeles (Estados Unidos) en la categoría Children´s Picture Book Hardcover Fiction.

¿Cómo te sientes al saber que tus cuentos están en hogares de muchos países? 

—Es emocionante saber que lo que he escrito cruza fronteras. Son estas cosas que nunca imaginas que te vayan a suceder y te suceden. Cada vez que se traduce un libro mío a una lengua diferente siento una alegría inmensa. Escribo cuentos para que otros los lean y disfruten con su lectura, ya sea solos o en compañía. Saber que eso está ocurriendo ahora mismo en muchos lugares del mundo es el mejor de los regalos.

¿Podrías contarnos alguna anécdota que recuerdes, ya sea por emotiva o divertida, que te haya ocurrido mientras narrabas un cuento?

—Estaba esperando en un colegio para contarles mis historias a los niños de tres años. Cuando la maestra apareció por la puerta, traía de la mano a una pequeña. Era una niña china que con el brazo que le quedaba libre abrazaba a un muñeco de trapo. Con los ojos fuertemente cerrados y el hocico torcido, se dejaba llevar por la maestra. Estaba claramente enfadada y no le interesaba nada de lo que allí le pudiera ofrecer el mundo. Siempre recordaré esa imagen y lo que vino después. Detrás de ella entró el resto de la clase. La maestra dejó a Cindy, que así se llamaba la pequeña, en primera fila y el grupo se sentó alrededor. Los compañeros más cercanos le decían cosas como: «¡Abre los ojos que va a ser muy chuli!» , «Ya verás qué divertido» y otras frases por el estilo, pero ella a cada frase apretaba más sus ojitos, así como a su muñeco. Comencé a contar y comenzaron las risas del grupo. No resultó fácil, pero ver como poco a poco esos ojos se fueron abriendo fue algo que no podré olvidar, como no podré olvidar su abandono absoluto en brazos de cada historia, sus risas y el tarareo de las canciones a pesar de no saber nada del idioma en el que se contaba. Sin lugar a dudas ha sido uno de los momentos más mágicos que me ha dado esta profesión, donde quedó patente el poder infinito de un cuento contado. Algún día escribiré esta historia. 

¿Podemos saber algo de los últimos proyectos que estás preparando?

—Pues hay varios proyectos para el año próximo que me apetece muchísimo tener ya entre las manos. Pero antes de que se acabe el año estará de nuevo en las librerías mi primer libro, El Mosquito, de la mano de la Editorial Jaguar. Esta vez con nuevas ilustraciones de una bestia de los pinceles, Roger Olmos. Tengo un cariño especial a este libro, así como a su ilustrador. Y agradezco a Jaguar que haya decidido publicarlo. ¡Me lo paso en grande contando ese cuento! Este regreso me tiene muy ilusionada.

Por último, ¿qué mensaje les darías a los padres para fomentar la lectura de sus hijos?

—Que les lean, que les cuenten, y que lo hagan sin prisa. Que les permitan pasearse el tiempo que sea necesario por las páginas del libro y volver una y otra vez a la anterior hasta que su curiosidad quede totalmente satisfecha. Que les ofrezcan libros bellos. Que no censuren demasiado. Que no importa el número de palabras o la cantidad de letras que tenga un libro, que muchas veces menos es más. Que disfruten siempre de la magia de la lectura compartida, que no se pierdan ese abrazo diario por mucho que pasen los años, que puedan leer solos no quiere decir que ya no quieran que les leamos. Que es más fácil que se animen a leer si les damos libros que entienden y pueden acabar rápidamente, que quedarse con ganas de más siempre es mejor. Que les muestren la belleza de un álbum ilustrado, que provoquen en sus hijos el amor al libro como objeto, ese puede ser un buen comienzo para que acaben enamorándose de lo que les cuentan.

*Juani Velilla (España) Licenciada en Psicopedagogía en la especialidad de orientación y asesoramiento. Diplomada en Magisterio, Educación infantil. Escribe en su blog Cuentos para Dragoncitos. Ha publicado dos libros: Un abrazo para Púas (2018) y Dragoncito no sabe lanzar fuego (2019)Web