Escribir a mano te permite conectar con una parte de tu interior a la que muchas veces no tienes acceso, independientemente de que la caligrafía sea en cursiva o en script, incluso en imprenta.

¿Alguna vez te has preguntado si escribir a mano tiene beneficios? ¿Hace cuánto que no lo haces? Escribir cartas ha quedado en desuso y ya no tenemos paciencia para esperar a que llegue el cartero a nuestra puerta. Aunque la letra caligráfica se ha puesto de moda, no es tan común que escribamos a mano corrientemente, y si lo hacemos la letra nos parece horrible o resulta ilegible para otras personas. Pero escribir a mano tiene beneficios. Según el Doctor Virgilio Hernando Requejo “si durante un tiempo dejásemos de escribir a mano, las estructuras cerebrales cambiarían”.

La escritora Virginia Gil Rodríguez escribió ‘La pintura de la voz’, un libro donde una escritora regresa a su pueblo natal para reencontrarse con su abuela y con el placer de escribir a mano. La autora nos cuenta por qué no debemos dejar de escribir a mano.

Por: Virginia Gil Rodríguez
Ilustración Sandra Wolfenson

Tecleando, cortas, detienes e interrumpes el pensamiento, como si cada letra fuese precedida por un tijeretazo. Dime hija, ¿cómo escribes tú mejor, cómo te vienen las ideas?

Palabras de la abuela Oderica a su nieta Zoe, ambas protagonistas de La pintura de la voz, cuando esta última, consagrada escritora, decide regresar al pueblo para reaprender a escribir a mano. La escritura manuscrita es la trama principal de este libro cuya idea surgió una tarde en la que un pequeño de ocho años, muy hábil con los teclados, se quejó por tener que escribir:

¡Si no sirve para nada! ¡Con lo fácil que sería hacer los deberes directamente desde el ordenador! ¡Y qué difíciles son estas letras! ¿Y por qué las tengo que escribir de esta manera y no cómo a mí me apetecería?

Vivimos tiempos de cambios que implican adaptabilidad. En el caso de la escritura, es tan lícito reconocer los beneficios de los adelantos tecnológicos como recordar las ventajas de seguir redactando a mano.

Tras estas palabras no hay nostalgia, sino experiencia de muchos años escribiendo diarios, guiones de libros, listas, notas, pensamientos y apuntes variopintos. Escribiendo y comprobando que, a pesar de utilizar un teclado, hay momentos en los que un lápiz y un papel llegan a una parte de mi misma a la que nunca accederán las teclas.

¿Cuáles son los beneficios de escribir a mano?

Varios estudios científicos avalan de igual modo lo importante que resulta conservar y desarrollar la escritura manuscrita; estos son algunos de los argumentos avanzados.

La escritura manuscrita permite generar ideas nuevas, fijar conceptos, mantener la mente activa y retener la información. Con un bolígrafo se piensa más de lo que se expresa, además de aumentar la concentración.

Desde la Universidad de Washington, Virginia Berninger comprobó que los niños que escribieron un texto a mano produjeron más palabras, con más rapidez y expresaron más ideas que cuando lo hicieron sobre un teclado. Y además aquellos acostumbrados a escribir a mano experimentaron mayor actividad neuronal en áreas asociadas con la memoria de trabajo. El doctor Virgilio Hernando Requejo afirma por su parte que “si durante un tiempo dejásemos de escribir a mano, las estructuras cerebrales cambiarían” pero este científico ve más peligro aun en el «desentrenamiento de la memoria». Y esto es algo muy sencillo de comprobar: ¿cuántos números de teléfono conocías de memoria antes de tener móvil y cuantos después?

Al escribir a mano, el pensamiento fluye y existe una conexión directa entre la mente, la mano y la hoja que permiten desarrollar la creatividad. De hecho, un gran número de escritores apuntan notas o incluso redactan el primer borrador de su novela a mano. A modo de ejemplo estos dos testimonios:

Pablo Neruda dijo: «Descubrí que mi poesía era más sensible cuando escribía a mano; sus formas plásticas podían cambiar más fácilmente… la poesía debería escribirse a mano. La máquina de escribir me separó de una intimidad más profunda con la poesía, y mi mano me acerco otra vez a esa intimidad».

Y Paul Auster expresaba: «Los teclados siempre me han intimidado. Nunca he logrado pensar con claridad con los dedos en esa posición. Un lápiz o bolígrafo es un instrumento mucho más primitivo. Sientes que las palabras salen de tu cuerpo y luego entierras las palabras en la página«.

La escritura manuscrita nos diferencia los unos de los otros al mismo tiempo que responde a nuestra voz interior; es el lenguaje del alma que hace únicas a las personas. Y ser único en este mundo globalizado es muy meritorio.

Vivimos tiempos agitados y apresurados, tiempos difíciles para detenernos, ser y estar, para disfrutar con aquellas actividades (como leer y escribir a mano) que suponen esfuerzo, paciencia y concentración.

Vivimos tiempos en los que lo rápido prima sobre lo bello.


Sobre las autoras:

Tras más de diez años trabajando en el ámbito institucional, Virginia Gil Rodríguez decidió en 2015 cumplir su sueño: escribir. Hasta el momento ha publicado cuatro libros: En la Calle Mayor, En el Corazón de París; La pintura de la voz y Clara. virginiagilrodriguez.com

Sandra Wolfenson Ilustradora.


La Tundra propone un espacio de reflexión y encuentro mediante la lectura de artículos e imágenes originales. Si te interesa participar como COLABORADOR nos puedes contactar escribiéndonos un e-mail o respondiendo a las convocatorias conceptuales.