El periodista y escritor Hernán Casciari vivió 15 años en Barcelona. En diciembre del 2015, tras haber sufrido un infarto, volvió a Argentina, su país natal y decidió quedarse.

El 2016 lo encuentra incursionando en el teatro con Una obra en construcción, donde actúan, junto a él, los miembros de su familia. Se presentan en teatros de la Ciudad de Buenos Aires y del Conurbano Bonaerense. Por otra parte, sigue escribiendo en su blog Orsai, al que dio comienzo en el año 2004, para luego crear una revista con el mismo nombre en 2010. Todas las semanas tiene una columna en Perros de la Calle, programa de radio que conduce Andy Kusnetzoff por Metro (FM 95.1).

Entrevista: Brenda Fische
(Publicada originalmente en 2016)

Hernán me saluda en la puerta del Teatro Helios en la localidad de El Palomar y me hace pasar a la sala donde nos sentamos en unas butacas casi al fondo para comenzar con la entrevista. Estaban en plena prueba de sonido de su obra y por momentos se escuchaba un violín que tocaba desde el escenario. Más tarde una flauta, y nos preguntaron a lo lejos si se escuchaba. Las entradas estaban agotadas hace tiempo.

—¿Cómo se te ocurrió que tu familia real participe de la obra?

—Es una idea que siempre tuve pero, a doce mil kilómetros es más complicado. Tuvo que ver con la vuelta, con volver y poder hacerlo. Es una forma también de reencontrarme con ellos en lo cotidiano. Lo disfrutamos mucho. En realidad nunca ensayamos, empezamos en la función número uno, que fue el primer ensayo con público y seguimos haciéndolo hasta el día de hoy, pero siempre con gente.

—¿Cómo te sentís haciendo Giras Mínimas?

—Fue idea de Laura, la productora, que es prima mía. Todos somos parientes, —risas—, los de abajo también, y un día se le ocurrió hacer Giras Mínimas, que son giras chiquititas por el Conurbano. Me lo contó y le dije que sí, que la organice. Yo los testeé un poco a mis primos, a mi vieja y mi hermana porque les dije si querían venir a un lugar cobrando mucho menos, porque las butacas están más baratas que en Capital y hacerlo más de onda, y se prendieron todos y vinieron, así que estamos re- contentos.

—Te quería felicitar por el Martín Fierro de la radio, ¿Cómo fue que te dijeron de hacer la columna en Perros de la Calle?

—En general, siempre fui muy oyente del programa de radio y cuando los chicos venían a Barcelona, a veces, pasaban una semana allá y me invitaban a ir. Los conocí casi en el aire y el diciembre pasado yo estuve acá. Les dije que me estaba separando y que, capaz, me volvía a vivir a la Argentina. Entonces me invitaron “¡Tenes que venir!”, dijeron, y acepté. Pero fue así, sin contrato, por amistad.

—¿Cómo estás rehaciendo tu vida después del infarto que sufriste en Montevideo en diciembre?

—Bien, estoy bárbaro. Redescubriendo vivir en Buenos Aires, hace mucho que tenía ganas de vivir acá. Trabajando en familia, tranquilo. El infarto fue por comer mucho y fumar mucho, y tenía que venir por lógica. Lo que no sabía es que iba a poder dejar de hacer esas rutinas tan sedentarias. Y fue muy loco, el hecho de venir acá me dio un impulso nuevo, y estar en pareja desde hace poco tiempo también, porque estás más pila, y la mezcla de todas esas cosas ayudó mucho a cambiar de hábitos.

—Hace poco escribiste el texto “Me hago cargo” sobre Ni Una Menos, ¿Tuvo alguna repercusión?

—Lo que sé es que lo levantaron de todos lados. Por alguna razón despertó algo, sobre todo en el varón de mi generación, que es más reticente a, justamente, hacerse cargo ¿no? Me parece que es interesante hacerse cargo de lo que a uno le toca. Lo que hicimos cada uno de nosotros en nuestra pequeña baldosa.

—¿Tenés algún horario en particular para escribir? ¿Una inspiración?

—Cuando escribí el texto “Me hago cargo”, hacía como seis o siete meses que no escribía. No tengo un horario ni un método. Cuando no tengo nada para decir no escribo, no estoy ni apurado ni ansioso por escribir. En diciembre del año pasado dejé de fumar, entonces me cuesta mucho encontrarle un ritmo a la literatura, pero hago otras cosas. Hago esto (señala al escenario), cosas así que no me requieren sentarme en la computadora. Cuando tengo algo para decir como ese día lo digo.

—Y tiene repercusión…

—Justamente, yo creo que tiene que ver con que hace mucho que no escribo con que tenga un poco mas de repercusión también.

—¿Con qué medios te informás?

—No me informo mucho, no tengo mucha relación con los medios tradicionales. Me interesa Twitter como termómetro de lo que está pasando más que un medio en particular.  Un grupo de gente a la que sigo, me interesa la mirada que tienen de lo qué pasa y lo qué dicen.

—¿Ves algún contraste en cuanto a los gobiernos y países como Argentina y España?

—Sí claro, muchos. Hay dos gobiernos de derecha ahora, pero independientemente de eso, me parece que en España son más finos para robar, más sosegados. Acá estamos acostumbrados a dejarnos robar de una manera más caradura, más bestia. Allá se ponen un poco más las pilas. De los gobiernos de derecha en general opino cosas horribles.

-¿Extrañás algo de tu vida en España? ¿Pensás volver en algún momento?

-No, en absoluto. Cuando pude conseguir que Nina, mi hija, venga cada dos meses, estuvo todo bien. Viví 15 años allá, yo creo que, con cinco hubiese sido suficiente y los otros diez fueron cuesta arriba.

Hernán cuenta que el año que viene saldrá un número anual de la revista Orsai algo así como “una guía telefónica gigante” de quinientas páginas. Y como nos tiene acostumbrados, sin publicidad. Tiene una editorial que trabaja sus libros hace años sin ningún tipo de intermediación y fuera de las librerías. Además, cada número que sale está disponible online. “Ya todo el mundo se dio cuenta que es más rentable hacerlo de la manera que lo hago yo. No sólo por una cuestión ideológica sino por cuestiones de rentabilidad, es mejor. Son formulas diferentes, hay una que me parece muy careta, otra que es más genuina. Y tiramos para ese lado”, afirma.

—Subieron tus audiolibros a Spotify, ¿cómo fue eso?

—Fue un proceso largo porque tarda mucho en hacerse. Son seis discos de cuarenta relatos que cada uno dura dos horas y cuarenta minutos. Se fueron subiendo de a uno, y cuando estuvieron todos, los difundí. Fue impresionante la repercusión que tuvieron. Muy bestia, y sobre todo, es muy grande la cantidad de gente que los está escuchando. Spotify tiene como un top ten de los más virales de Argentina y había dos cuentos míos y dos canciones de Lady Gaga,—sonríe—, como lo más viral de la semana, y digo: “Qué cosa más rara”.

—¿Tenés algún sueño o algo pendiente para escribir?

—Sí, pero son chiquitos, de concreción rápida. Generalmente lo que tengo no son sueños. Son proyectos raros para que se cumplan como mucho en el plazo de seis meses, un año. No tengo sueños a largo plazo con excepción de lo futbolístico, como que Argentina y Racing salgan campeones. Pero de proyectos míos, el año que viene quiero hacer cosas con mi familia, otras, porque me llevo súper bien y sacar el nuevo número de Orsai. Son pequeños gustos que me doy.


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