Creemos que los logros nos aportarán más y más e iremos superando niveles de felicidad.

Parece extremadamente sencillo aceptar que las circunstancias de la vida se van modificando a lo largo del tiempo, que nada permanece invariable. Asimismo evolucionamos dentro de lo que, aparentemente y desde fuera, se podría considerar estar estancado por no obtener lo que todo el mundo busca: reconocimiento, logros tangibles, un mejor trabajo, la productividad 2.0 que parece dar sentido a nuestras vidas, la belleza efímera y momentánea.


Por Cristina López
Ilustra Clara Paredes


Es sumamente complicado buscar el equilibrio en contra de lo impuesto, no hablo de ir «contracorriente», no creo que ello exista. Hablo de qué sientes con lo que estás haciendo: ¿es para ti?, ¿es tu vida?, ¿es tu ideal?, ¿es todo aquello que has soñado? Y aún siéndolo, puede que no te sientas completo, comprendido, con sentido en tu vida, en un caos mental permanente con un orden externo.

Creemos que los logros nos aportarán más y más e iremos superando niveles de «felicidad», avanzaremos hacia un nuevo camino y hacia un bienestar, y en ¿qué ha resultado? No sé tú, yo me siento perdida, parece que todo está muy claro, pero lo veo difuso, no quiero avanzar porque es incertidumbre, no hacia la vida, si no hacia mí misma. Se desata un caos y la confusión a cada pequeño movimiento que hago porque las posibilidades son infinitas, y no, no se trata de prioridades.

Entiendo que no me entiendas, yo casi no lo hago. No me gusta sentir que estoy obligada a hacer algo solamente por mi edad, por lo «lista» que sea o por lo que se me considera, no soy ni eres responsable de las expectativas ajenas, pero eso ya lo sabes, y aún sabiéndolo caemos en ellas. Queremos proporcionar y reflejar lo que se proyecta en nosotros, queremos no contradecirnos y dar una imagen de estabilidad. Si la gente pudiera ver nuestros pensamientos, ¿pensarían que somos lo que creen que somos o nos sentiríamos un fraude?

Qué complicado parece ser tener las ideas claras, porque teniéndolas no están, no nos pertenecen y las tomamos como escapatoria. Quizás a estas alturas entiendas que hablo de la rigidez que maneja nuestra vida en piloto automático porque se impone en nuestra niñez.

Alguna vez te han dicho que si no quieres hacer algo no lo hagas, ¿verdad? Pero ¿a que eso no sucede con nuestras obligaciones? No decidimos tenerlas y asumirlas. Hemos caído en un mundo regido por ellas y ¿qué sucede cuando sientes que no quieres eso, que va en contra de tu esencia, de tus preferencias? Que estás perdido, que no quieres seguir ni avanzar, que quieres pararte todo lo que sea necesario sin que el tiempo pase hasta encontrar un camino, una lógica que apoye lo que estás pensando y sintiendo.

No eres el único que se siente así aunque nadie te lo diga. Últimamente se habla mucho del sentido de la vida, de tener unos pilares sobre los que apoyarse, de dedicarle tiempo a cada cosa, por separado, de aprender a gestionar las emociones, de ser fuerte y comprometido, de cuidar tu salud física, hacer deporte, cuidar la nutrición, cuidar tus amistades, ser consciente de lo que tienes y valorarlo y un sin fin de directrices que van en pro de tu estabilidad. No seré yo la que diga que si te resultan útiles no las uses, pero ¿qué harías si no pudieras controlarlo y hacer todo aquello que consideras que te hace bien? (Es una pregunta reflexiva).

¿Quién eres sin todo de lo que dependes?

Cristina López
Clara Paredes



¿Qué atesoraste en el 2020 y cómo piensas usarlo en el 2021?
Desde La Tundra PODCAST (Escuchar episodio en Spotify)

Queremos conocerte. Si te interesa participar con artículos e ilustraciones nos puedes contactar escribiéndonos o respondiendo a las convocatorias.