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Germinación de las guerreras
.
A Las Tesis de Valparaíso, Chile
M Eugenia Bravo-Calderara
I
Ayer
aplastaron impulsos libertarios
mutilándolas.
Ataron sus pies y las ataron al dolor
de huesos machacados.
Impedidas de caminar,
de correr,
de avanzar o retroceder,
inmovilizadas, fueron
obligadas a permanecer tras
los cuatro muros de los
gineceos,
de los serrallos,
del harén,
de las prisiones
simulacros de hogar.
Fueron
atadas a la cama del señor,
al lecho del amo,
al trono del rey,
y fuesen esposas o cortesanas
novias o rameras
mujeres adultas
o niñas,
todas no fueron
sino una cosa
entre otras cosas,
seres transables,
desechables,
millones de veces
simple mercancía,
en la mayoría de los casos
seres oscuros,
a menudo sin nombre propio,
apenas un ente
y un signo que por siglos
fue el silencio.
.
II
Fuimos silencio por milenios.
Pero,
en los gineceos
en los serrallos
en los patios traseros de las casas
se gestaron idiomas secretos,
alfabetos extraordinarios
lenguas alternativas
para poder decir lo prohibido
para desenmascarar por fin
el poder putativo del rey
y sus lacayos,
ir recuperando poco a poco
el uso de los pies,
la respiración libre de corsé
de fajas opresoras,
y el paso largo, ligero,
libre de tacones altos,
y poder por fin acceder a los libros,
al conocimiento universal
hasta entonces apropiado
por unos pocos.
Y germinó entre nosotras
el reclamo,
de dejar atrás y para siempre
a la pobrecita
sirena atrapada,
al ángel de alas cortadas,
la musa silenciosa y apaleada,
la nereida ignorada,
la sílfide sin alimento propio,
la náyade, vestal o diosa
sin cuarto propio.
.
III
Luego se negaron a verse
como náyades vaporosas,
celestes musas,
ángeles alados,
madres santas,
mujeres fatales,
o cualquier otra distorsión
de sí mismas,
de lo que no eran, ni fueron
o no quisieron ser.
Y dejaron atrás la imagen de la doncella
indefensa y ruborosa,
de la moza inocente que espera
un príncipe azul o de cualquier otro color
para completar su vida.
Decididas dejaron atrás a la inocente
jovencita que pensaba que valdría más
si era ingenua e ignorante.
Dejaron atrás a la señorita casta y pura,
a la odalisca de danza embrujadora,
a la vestal inalcanzable que fue un invento
de afiebradas mentes patriarcales enemigas.
.
IV
Y así,
ni nereida, ni sirena,
ni sílfide, ni ninfa,
ni diosa, ni puta,
ni cortesana,
ni tigresa o vampiresa,
ni carne de burdel
ni de convento,
se convirtieron en guerreras,
mujeres insurgentes,
en las valerosas mujeres de hoy.
Londres, Junio 2021
Germination of the warriors
.
To Las Tesis from Valparaíso. Chile
M. Eugenia Bravo-Calderara
Translated by Isabel Ros-Lopez
I
Yesterday
they crushed their liberating yearning
by mutilating them.
They tied their feet and tied them
to the pain of crushed bones.
Unable to walk,
run,
move forward or backward,
immobilized,
they were
forced to stay behind
the four walls of the
gyneceums,
the female quarters,
the harems,
the prisons
feigning homes.
They were
tied to the lord’s divan,
to the master’s bed.
to the king’s throne,
and they were wives or courtesans
girlfriends or whores
adult women
or girls,
all were not
but one thing
among other things,
tradable beings,
disposable,
millions of times
simple merchandise,
in most cases
dark beings,
often with no name of their own,
barely an entity
and a sign which for centuries
was silence.
.
II
We were silence for millennia.
But,
in the gyneceums
in the female quarters
in the backyards of the houses
secret languages were gestated,
extraordinary alphabets
alternative tongues
to enable the forbidden be spoken
to at last unmask
the putative power of the king
and his lackeys,
to gradually recover
the use of their feet,
breath in free from corsets
from oppressive girdles,
and the long, light step,
free from high heels,
and finally to be able to access books,
universal knowledge
until then appropriated
by just a few.
And so the clamour germinated
among us,
to leave behind and forever
the poor little
mermaid trapped
to the angel of clipped wings,
the silent and beaten muse,
the ignored nereid,
the sylph without food of her own,
the sacrificed mother,
the naiad, vestal or goddess
without a room of her own.
.
III
Then they refused to see themselves
as vaporous naiads,
celestial muses,
winged angels,
holy mothers,
femme fatales,
or any other distortion
of themselves
what they were not, had not been
or ever wanted to be:
and they left behind the image of the helpless
and blushing maiden,
the innocent girl who waits
for a prince charming or any other kind
to complete her life.
Determined they left behind the innocent
young lady who thought she would be worth more
if she was naïve and ignorant.
They left behind the chaste and pure miss,
the odalisque of bewitching dance,
the unattainable vestal who was an invention
of feverish patriarchal enemy minds.
.
IV
And so,
neither nereid nor mermaid,
neither sylph nor nymph,
neither goddess nor whore,
nor courtesan,
nor tigress or vampires,
no brothel or convent
meat
they became warriors,
insurgent women,
in the courageous women of today.
London, June 2021
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