La historia de María Utrilla es un retrato generacional de un grupo de escritores que arañan las puertas de la supervivencia. Acaba de publicar 'Cosas de chiquillos', su nueva novela mientras habla de la actualidad literaria en España y las dificultades que afrontan los autores para publicar.

La escritora María Utrilla es autora de historias crudas, impredecibles y desconcertantes contadas con ironía salvaje. Graduada en Humanidades y con un Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual por el Museo Reina Sofía. Nació con la crisis de principios de los noventa y ha vivido su juventud resistiendo. Vive sus primeras experiencias en un mercado laboral descorazonador: «Lo raro sería que escribiera historias de princesas, aunque haya quien lo haga».

Entrevista: José. An. Montero

Tras su primera novela The Heaven en la que consiguió asfixiarnos en la deep web y su libro de relatos de suspenso radical al que tituló Bajemos la luz, acaba de publicar su tercer trabajo: Cosas de chiquillos. Una joven, que podría ser ella, vuelve a Madrid en el coche de un amigo después de una noche de fiesta. Un accidente de tráfico y una desaparición desatan una cadena de malas decisiones que van metiendo a la protagonista en una historia tan verosímil como angustiosa.

Cosas de chiquillos. ¿Una historia de gente jodida?

No. Es una historia de gente a la que le ocurren cosas que pueden pasarle a cualquiera. Todos pensamos en qué nos hubiera ocurrido si hubiéramos reaccionado de otra manera en un determinado momento, o las consecuencias de habernos tomado la venganza por nuestra mano. Seguro que habría muchas decisiones de las que nos lamentaríamos.

¿Por qué cosas de chiquillos?

Tuve muchas dudas con el título, no soy escritora de títulos. El editor me convenció de que esta vez había acertado. A veces cuando hablamos de cosas de chiquillos parece que les restamos importancia y no somos conscientes de que las cosas que nos pasan de pequeños se van a proyectar en nuestro futuro.

¿Una novela a toda velocidad?

Es una novela veloz que ocurre en sólo seis horas vividas a toda velocidad, en las que una persona carga con su presente, pero también con sus recuerdos. Una historia a contrarreloj que nos encierra en una atmósfera mucho más opresiva al crear un ambiente en el que se pueden cometer errores constantemente. Van muy rápido las cosas en la novela. No hay tiempo de respirar.

¿Cómo funcionan las tripas de literatura?

Las tripas de la literatura son un poco feas diría yo, en España está muy complicada la cosa. Vas a una feria del libro y encuentras los mismo libros en todas las casetas. Sólo hay espacio para los primeros.

Parece que un escritor tiene que dedicar el 80% de su tiempo en hacer promociones, video blogs y más cosas.

Con mi primera novela, otras escritoras de mi edad me decían “vamos a quedar, te hago dos fotos y te voy a poner en mi blog si te hace ilusión” y echabas la tarde tranquilamente. No te preocupaba demasiado, porque eras estudiante y no tenías la preocupación de buscar una salida laboral. Lo de promocionar tu literatura en los blogs y en las redes sociales hay un problema, y es que principalmente están orientadas a un público juvenil. Las redes sociales están llenas de autores orientados a ese público. Es un mundo muy limitado en el que es muy difícil estar si no haces historias de fantasía y amor.

¿A dónde se dirige María Utrilla?

Me gustaría seguir escribiendo y lo seguiré haciendo porque para mí es una necesidad. Últimamente me están metiendo los perros en danza para sacar un cómic y estoy trabajando en aprender a escribir guiones. El tema es buscarse la vida y seguir escribiendo