Vengo Caminando (2017) es el primer álbum de Diego Guerrero. En el mismo cuenta con colaboraciones de músicos de gran renombre —El Cigala, Caramelo de Cuba, Josemi Carmona, o Guadiana (entre otros)—. Nada más salir a la calle fue nominado a los Premios Grammy como Mejor Álbum de Flamenco en noviembre de 2017, y recibió el Premio de la SER “Uvas de la Ser” en diciembre del mismo año.
Entrevista: Concep Díaz Pérez
¿Qué te pareció recibir tal repercusión? ¿Cómo te sentiste?
Intenté tomarlo con naturalidad porque al fin y al cabo lo de la repercusión no es lo que buscamos con la música. Me lo tomé como un efecto secundario agradable. Siempre alegra que se te reconozca, claro que sí.
Londres, Madrid, Estados Unidos, México y acabáis en Cuba. ¿Qué tal es la experiencia en la gira de un proyecto propio?
Es como un potaje que te esmeras en cocinar durante años, en un mundo donde sólo existe el fast food. Porque nunca tenemos grandes medios, gran despliegue promocional ni gran presupuesto, pero siempre dejamos un mensaje, un rato de disfrute, un desahogo, un poco de alimento para el alma, al público que se topa con nosotros.
“(…) España es el país de los músicos de élite, que viven de acompañar a cantantes amateurs (…)”. Hiciste estas declaraciones para el diario La Voz de Almería. ¿Por dónde crees que tiene que pasar el cambio? ¿Qué tendría que acontecer para que los artistas puedan vivir de su arte?
Ojú, lo veo complicado. Los lobbies de las multinacionales tienen mucha fuerza, y ellos controlan las “ruedas” más gordas, como los Cuarenta Principales y La Voz, o la música que se pincha en las radios. El problema es que los empresarios solo ven números y la gente solo ve lo que le enseñan. El único cambio posible es que el interés del españolito de a pie se enfoque en cosas que enseñen, que mejoren un poco el mundo, que unan, no solo en las vanidades que derivan de la telebasura.
¿Dónde se puede encontrar buena música entonces?
Las referencias musicales de la gente de la calle son penosas. Ya pasó el tiempo aquel en que la música popular era buena y la música buena era popular. Ahora te tiene que gustar mucho si quieres encontrar algo verdaderamente bueno, porque para eso, hay que buscar, y mucho.
Se te ha calificado como el referente actual en el mundo del flamenco en lo que a mezcla o fusión con otros estilos musicales se refiere —rumba afrocubana, jazz—. Además tu bagaje musical ha sido intenso, constante y con gustos eclécticos. Este deambular por los sentidos y las emociones es lo que te llega desde…
Desde que me acerco a gente distinta a mí. A los músicos nos une la música por encima de la política, la religión, la etnia o la clase social. En mis proyectos hay gente de derechas, de izquierdas, católicos, judíos, evangelistas, gitanos, mulatos, blancos, negros, árabes… y siempre hay una unión y una armonía que ya la quisieran para ellos en la ONU. Los artistas somos un ejemplo de convivencia para la sociedad y eso es lo que más me gusta de mi profesión. Los medios deberían documentar y difundir todas esas cosas que nos unen y no las que nos separan, pero por alguna razón insisten en separarnos, en “embucharnos” a cristianos contra musulmanes, a castellanos contra catalanes… La política divide, la religión divide, la música une.
¿En qué trocito del alma pondrías la música?
En toda el alma. La inundaría si pudiera.
¿Qué echas de menos?
Poca cosa, la verdad, más allá de ver un poco más a los míos.
¿Cuáles serán tus próximos pasos?
Levantarme mañana y llevarme más tiempo decidiendo si hacer deporte que el que habría echado haciéndolo. Después, sacar al perro y luego meterme en faena. Grabar, editar, componer, arreglar… o lo que toque en el día. Más allá de eso, lo que diga Nasrine, que es la jefa.
¿Tienes algún nuevo proyecto del que quieras hablar?
El próximo lunes 25 de Febrero sale mi nuevo single “Azules”, que fue grabado en vivo con un elenco de diez músicos. En este océano infinito de música enlatada y creada a base de loops y samples, hemos optado por lo contrario a la corriente general. Instrumentos reales, tocados por músicos reales, y en riguroso directo. Una sola toma, a una sola cámara. Una producción mimada hasta la saciedad, pero con la intención de transmitir lo que siempre fue la música, en la que cada toma es única e irrepetible. Me muero de ganas de que lo escuchéis.
*Concep Díaz Pérez (Catalunya/España) Crítica de cine. Conduce el programa 4 Reviews y 1 Funeral en el Reino Unido pero con referencias al cine de España. Escribe para La Tundra edición impresa.