Una vibración y energía inexplicable se comparte entre quienes recorren las salas de Basquiat: Boom for Real en el Barbican Centre de Londres. Los colores de la obra de Basquiat se contagian en la vestimenta de su público y el interés es innegable. No se permite sacar fotos de las obras y, tal vez, sea ese detalle el que permite que todos se concentren en lo que es verdaderamente importante.
Escribe: Silvia Demetilla
Basquiat: Boom for Real es la mayor exhibición de la obra de Jean-Michel Basquiat en el Reino Unido. De padre haitiano y madre portorriqueña, Basquiat (1960-1988) se crió en el conflictivo ambiente de la New York de los años setenta. Las raíces del artista se ven reflejadas en la mayoría de sus obras, manifestando absoluta admiración por músicos de jazz, aunque no sólo a este género ya que eran comunes en la época las colaboraciones entre artistas, músicos y diseñadores de moda.
Basquiat pintaba compulsivamente y llevaba una libreta de anotaciones donde escribía desde palabras sueltas a frases aparentemente al azahar que luego lo inspirarían. Algunas de esas hojas pueden verse también en la muestra.
Autodidacta, —había asistido como oyente a la Escuela de Artes Visuales—, Jean-Michel Basquiat no tenía formación académica más allá de una iniciación temprana por el gusto de las artes a través de su madre, por lo que disponía de una frondosa colección de libros que constituía, en parte, su fuente de consulta e inspiración. En entrevistas el artista declaraba que un libro de anatomía, que había recibido a los seis años de edad cuando fue atropellado por un automóvil, fue una de sus primeras aproximaciones al arte. Su videoteca contaba con alrededor de mil cintas VHS y la televisión siempre estaba encendida a la hora de pintar, una vez más, inspirándolo. Los jeroglíficos egipcios y las escrituras antiguas lo desvelaban, es por ese motivo que también pueden verse algunos de ellos incluidos en sus obras.
Basquiat pertenecía a la generación de artistas que había descubierto el método de reproducción rápido de sus obras a través del uso de la fotocopiadora, y muchos de sus cuadros se conforman a través de un entramado de copias y recortes. También utilizaba el concepto de la postal como hecho artístico, habiendo vendido muchas de ellas en la puerta del Museo de Arte Moderno de New York por un dolar.
Luego de haber conocido a Andy Warhol a través de un amigo en común, Basquiat corrió a su estudio y pintó la reconocida obra ‘Dos cabezas’ donde aparecen Warhol y Basquiat. A las dos horas le envió la obra a Warhol con la pintura todavía fresca. Este hecho despertó la admiración de Warhol convirtiéndose en su mentor y amigo por el resto de su vida, sin embargo el establishment criticaría fuertemente el patrocinio de un artista blanco a otro negro. Jean-Michel Basquiat también era amigo de Keith Haring, a quien había conocido en la Escuela de Artes Visuales.
Basquiat admiraba a Picasso con devoción, dedicándole varias obras al artista español. En uno de ellos se puede ver a un joven Pablo Picasso junto al nombre del artista escrito siete veces del lado izquierdo y una a la derecha.
Sorprende en la muestra de Basquiat el público que asiste, mayoritariamente joven, y que probablemente ni siquiera había nacido en el año de la muerte del artista (1988) de una sobredosis de heroína. Es indudable la influencia de Basquiat en la ruptura con los cánones tradicionales del arte, lo que lo llevó sin lugar a dudas al lugar de ícono que ocupa en la actualidad. Una muestra altamente recomendable del artista que declarara: “Mi trabajo no tiene nada que ver con los graffiti. Forma parte de la pintura. Yo siempre he pintado.”
Basquiat: Boom for Real
Barbican Centre – Londres
2018 – Esta muestra ha finalizado