
LOBA: El camino a casa
Llegaba la hora de descansar y lo único en lo que pensaba era en lo lejos que estaba de mi casa.
El viento empezaba a erizar mis poros y mis ojos se exigían por ver lo que casi ya no se mostraba.
Llegaba la hora de descansar y lo único en lo que pensaba era en lo lejos que estaba de mi casa.
El viento empezaba a erizar mis poros y mis ojos se exigían por ver lo que casi ya no se mostraba.