Soy Ana Olivera. Nací hace treinta y un años en La Rioja, una provincia del norte de Argentina que mira de cerca a la Cordillera de los Andes, que duerme la siesta y entiende que el Sol es el rey.
Ciclo #artistasencuarentena de La Tundra Revista
Mis días universitarios me pasearon doce años por mi querida Córdoba y algunos de sus ríos; pero un día crucé el mar, y entonces acá estoy. Vivo en York (Reino Unido), una pequeña ciudad que parece salida de un cuento. Bordeada por murallas, ríos, flores , romanos, normandos y vikingos bajo tierra, callejones medievales, torres, abadías y el imponente Minster, un lugar que lleva alejándome dos largos inviernos.
Mi actividad creativa, empieza y no termina, porque siempre quiero más. Mi título dice que soy Diseñadora Industrial, pero mi vocación creativa y mi curiosidad por aprender nuevas cosas me han llevado a preguntarme incansablemente qué es lo que realmente soy.
Me gusta dibujar y me gusta serigrafiar. Me gusta el proceso, disfruto sintiendo los materiales en mis manos y la posibilidad de combinarlos, de plegarlos, coserlos, degradarlos, modificarlos…
Me gusta el inicio de la hoja en blanco, porque entonces las posibilidades son infinitas. Me gusta el ruido del lápiz, el olor de las tintas y mis manos marcadas después de eso. Me gusta la satisfacción de sentir que está terminado, y el duro trabajo de amigarme con la derrota cuando algo no salió como esperaba.
Y volver a comenzar, porque así es, a mi entender, el proceso creativo: un interminable camino de auto conocimiento y aprendizaje.
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Auto-aislación
Pienso que me hacía falta, que necesitaba encontrarme, detenerme, pensar, desesperarme y volver a empezar aprendiendo a respetar mis tiempos y mis ganas, y dedicando más que nunca mañanas y tardes en el taller con la sensación de que el reloj se ha detenido por completo.
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Mi actividad artística durante la pandemia
Mi actividad se vio afectada positivamente. Siempre me gustó trabajar con los recursos que tengo a mano y el aislamiento me regaló el tiempo sin fin. La primavera trajo luz y más colores a estos días y aunque cada uno de ellos sea diferente, siento que han sido bastante productivos, al menos para ponerme en conflicto varias veces.
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Fortalezas y debilidades personales y colectivas
Sin dudas la capacidad de adaptación del ser humano es una fortaleza solo si está bien empleada. Y a las debilidades las hemos tenido que esconder detrás de un tapabocas, un par de guantes y varios litros de lavandina.
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Consejos de utilidad para otros artistas
Leer, conocer, observar mejor las pequeñas cosas, explorar siempre nuevos ámbitos, aún los que creíamos descartados de nuestra hoja de ruta. Y hacer, hacer, hacer. Equivocarse, aprender, y seguir creando. Porque la creatividad se debe fortalecer y nutrir continuamente.
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El mundo que nos espera…
El golpe es duro y su costo va a ser demasiado alto. Sólo espero que tengamos la humildad para aceptar lo pequeños y frágiles que somos, para darle valor a lo lindo de lo cotidiano y para volver cotidiano lo que habíamos olvidado por completo. No somos infinitos ni dueños de nada.
Creo que el mundo respiró unos instantes de nuestros excesos y nos hizo escucharlo otra vez, porque huelo rico y canta bonito. Deseo que podamos verlo como una oportunidad y hacernos cargo de ella.
Ana Olivera @um_lazuli
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