Joselo Rangel se presenta como músico y  escritor, y aunque se haya abocado a esta segunda profesión desde hace poco tiempo relativamente, el guitarrista de Café Tacvba no es ningún improvisado.

Con Rubén Albarrán, Emmanuel del Real Díaz y Enrique Rangel (los otros integrantes de esta banda tan importante de Latinoamérica) no sólo comparte la música sino el amor por las letras, sentimiento que se refleja inequívocamente en las canciones que juntos producen desde hace casi tres décadas.

Entrevista: Silvia Demetilla
Foto de Joselo Rangel por Sergio Gálvez / WFM
Edición impresa 

     “La escritura me interesó antes que la música. A los diez años empecé a leer ciencia ficción, y luego, como a los quince, llegó el rock. Comencé a tocar porque lo que quería era hacer canciones, no me interesaba ser un virtuoso de la guitarra”, cuenta. Lo que siempre le ha fascinado del rock es, como él mismo lo llama, el ‘matrimonio entre letra y música’, siendo innegable el rol de las letras dentro de las canciones de Café Tacvba. “La influencia de la literatura en nuestra música ha sido muy grande porque cada uno de nosotros es lector… los cuatro tenemos esa afición. Hay canciones que tratan sobre libros, como por ejemplo ‘Las batallas’. Escrita por mi hermano Quique Rangel, bajista de la banda, esta canción de nuestro primer disco se basa en el libro Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco”, indica para luego añadir: “Pienso en la literatura como en algo que puedo utilizar a mi conveniencia, ese es el acercamiento que me gusta: utilizarla para convertirla en canción.”

     Cuando comenzó a escribir (y lo sigue haciendo) una serie de colaboraciones semanales en el diario mexicano Excélsior, no se imaginó que esas historias y relatos se convertirían en su primer libro, Cróknicas Marcianas (2011). Después llegaría One Hit Wonder (2015), un segundo libro donde se despacharía con una serie de cuentos de ficción. Algunos dicen que lo mejor de la literatura es cuando el autor desaparece detrás de las letras. ¿Ocurrirá lo mismo en los cuentos de Joselo Rangel o él tendrá otras intenciones? 

     “Llevo poco tiempo escribiendo, de unos cinco años para acá. Antes escribía reseñas de discos, de libros, entrevistas en alguna revista y mi columna en el periódico desde hace diez años. Siempre pensé que me mostraba más en esas columnas de no ficción, pero al escribir cuentos, donde nada de lo que hay ahí sucedió y todo es pura imaginación, es como si me desnudara”, confiesa.

     “No podría vivir sin leer”, cuenta Joselo que por estos días recorre las páginas de Siete Evas de Neil Stephenson, una novela de ciencia ficción para sumar a la infinita lista que cuenta en su haber. “Me gusta lo que me genera la ciencia ficción, me abre la mente, me hace pensar en algo distinto. A veces es demasiada realidad y necesito ir más allá.”
Al contrario de lo que su público pudiera imaginar, las ajetreadas giras de Café Tacvba generan el espacio ideal para la lectura y es en esos instantes donde la faceta de lector de Joselo reina en todas sus formas.
“Hay muchos tiempos en los que se puede leer, tiempos de espera, durante el viaje, en el avión, en carretera, en el cuarto del hotel antes del concierto…”

     Una nueva aventura literaria firmada por Joselo Rangel bajo el título de Los desesperados verá la luz este 2018, y a diferencia de sus libros anteriores publicados por editoriales independientes, en este caso contará con una distribución internacional de la mano de Seix Barral. “Saldrá a mediados de año, primero en México, luego en otros países de habla hispana, y tal vez haya una traducción”, cuenta con entusiasmo. Aunque este lanzamiento es una razón para festejar, Joselo no se detiene y progresa en una ‘novela novela’, como él mismo la describe, un reto que dice disfrutar mucho.

     Con tanta actividad literaria es inevitable que ésta ocupe un lugar más grande en su día a día. Es una deuda que el músico-escritor se había prometido saldar en algún momento. “Desde que empecé a leer soñaba con escribir y publicar. Soy de las personas que leen un libro y en vez de decir ‘¡Ay, qué buen libro!’ digo ‘¡lo que yo quiero es escribir el libro! Pero como sentía que no estaba preparado, al principio usé la herramienta de un blog donde publiqué cuentos de manera semanal, sin pensar en editoriales o en que la gente tenía que comprarlos.”

Publicada en La Tundra Revista #28

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